En esta etapa partimos del albergue O Aguncheiro, en el puerto de Mougás, donde nos sellan la credencial nada más comenzar la ruta.
A pesar de ser pleno invierno, el 24 de enero nos hizo un día perfecto, soleado y sin bruma, por lo que las vistas a lo largo de todo el recorrido fueron inmejorables.
Comenzamos a nivel del mar, discurriendo el camino por pistas de tierra o asfaltadas que nos van llevando hasta cabo Silleiro, punto donde comienza propiamente la Ría de Vigo.
La senda accesible sigue pegada a la carretera, pero nosotros nos desviamos siguiendo las indicaciones de las flechas amarillas que nos mandan cruzar la carretera e iniciar la subida a los montes de Baredo. Pocos metros después de coger el desvío, nos encontramos una cancela con un cartel, que nos indica que dejemos la puerta cerrada después de nuestro paso, cosa que hacemos.
Según vamos subiendo, obtenemos una espléndida panorámica de la Costa de Mougás y de cabo Silleiro, con su faro al fondo.
Después de cruzar otra cancela, llegamos a lo alto de Portela de Silleiro e iniciamos la bajada entre los árboles hasta Baredo, donde hacemos nuestra parada de media mañana.
En este punto, el camino vuelve a ascender y, un poco más adelante, cruzamos la autopista AG-57 por un paso elevado. Unos 10 minutos después, ya hemos llegado a Baiona, donde nos paramos a comer, aprovechando para visitar sus iglesias, monumentos y calles.
Cruzamos Baiona por su interior hasta el crucero de la Santísima Trinidad y seguimos hacia la parroquia de Sabarís, pasando por varios puentes del siglo XV y la plaza del mercado.
Por último, dejamos atrás el ayuntamiento de Baiona para entrar en el de Nigrán cruzando el puente románico de la Ramallosa, sobre el río Miñor, y seguimos hasta el albergue de las Damas Apostólicas, donde termina nuestra etapa.
Hemos de decir que no encontramos abierto el albergue de las Damas Apostólicas, por lo que tuvimos que sellar la credencial en el O Chideiro, en A Ramallosa.